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EL PELIGRO DE LAS REDES SOCIALES

Las redes sociales están de moda, crearse un perfil de facebook es cada vez más habitual y de hecho, el crecimiento de perfiles, tanto de personas individuales, como de empresas que desean promocionarse, es espectacular.

Además, una vez creado el perfil, cuantos más contactos de amigos se tengan, más se conoce y más lejos llega nuestra publicidad. Pero debemos de tener mucho cuidado en la selección de contactos, en su aceptación, ya que algo que parece simpático, nos puede acarrear muchos problemas. En ocasiones, podemos recibir solicitudes de amistad de personas que no conocemos y nosotros las aceptamos sin más, pero antes de hacerlo, deberíamos preguntarnos: ¿Quién es esta persona, que quiere realmente de mí?

Si echamos un ligero vistazo a sus perfiles en la red social podemos comprobar que en la mayoría de las ocasiones, no tienen amigos en común con nosotros y además, en otras ocasiones, tienen escasa actividad en sus muros, en su archivo de fotos (que también es breve), a veces no parecen la misma persona, y nos envían en muchas ocasiones mensajes privados y enlaces sospechosos, con lo que todo apunta a que son perfiles falsos. Tal vez a usted le hayan llegado peticiones de amistad de perfiles como estos o de similares características. ¿Quién se esconde detrás de estas personas inexistentes? ¿Qué pretenden?

Los perfiles falsos responden a una gran variedad de utilidades, que casi nunca son honestas. Desde proporcionar más seguidores o likes a una persona, partido, colectivo o empresa, hasta difundir software malicioso y estafar a los usuarios. «Estos perfiles pueden ser creados por personas o robots y están a la orden del día», dice Vicente Díaz, analista de la empresa de seguridad informática Kaspersky, «pueden tratar de conseguir más información de uno o quitarle el dinero. También estados o grupos yihadistas pueden practicar así el ciberespionaje». En el año 2012, Facebook estimó que entre un 5 y un 6% de sus entonces 845 millones de usuarios eran cuentas falsas.

Una de las prácticas más conocidas y utilizadas con más éxito entre los ciberdelincuentes es el llamado ransomware (de ransom, rescate, y ware, software). Ocurre cuando alguien te invita a pinchar en un enlace donde hay, por ejemplo, un divertido vídeo de un gatito, tras lo que la web te pide que instales un código para ver el vídeo, que en realidad es un virus que cifra todos los contenidos de tu ordenador: no puedes acceder a tu propia información almacenada a no ser que pagues el rescate que te piden. Han secuestrado tu disco duro. Normalmente, el valor del rescate va subiendo con el paso de los días, para crear una sensación de urgencia. Y, si está bien hecho, no hay nada que hacer, ni experto al que acudir para que te resuelva el problema, con lo que si se desea recuperar la información, habrá que pagar.

Por lo general, si uno tiene un mínimo de práctica en el uso de redes sociales e internet, enseguida se ve la trampa: los perfiles falsos rechinan. Sin embargo, hay personas incautas o poco acostumbradas al uso de las redes que acaban picando.

Montar una infraestructura para crear este tipo de perfiles y mandar los mensajes es muy barato, cuantos más mensajes fraudulentos se envían, más posibilidades tienen de recaudación. Recientemente se ha detectado un ataquephising en Facebook a más de 10.000 víctimas en solo dos días: un amigo les pedía que les mencionara en un comentario y luego, a través de un troyano, tomaba control de su cuenta.

Detrás de estas actividades fraudulentas hay grupos organizados de ciberdelincuentes, normalmente del Este de Europa, cuyo último objetivo es únicamente recaudar dinero. Hay informaciones que dicen que este mundo ya mueve más que el narcotráfico, según nos dicen algunos expertos en la materia.

Existen más opciones para engañar y estafar a los internautas, como por ejemplo, redirigirlos a páginas donde se venden falsos cupones con importantes descuentos de algunos productos conocidos, etc. Las opciones son infinitas, son páginas que suelen estar asociadas a líneas telefónicas de tarificación o mensajería Premium y luego vienen facturas muy altas.

También hay prácticas en este sentido de mano de la gente normal y corriente, como exparejas, enemigos de la empresa, conocidos que están resentidos con nosotros, etc, que desean perjudicarnos.

El uso de perfiles falsos para hacer la guerra subterránea a nuestros semejantes se conoce con el nombre de catfishing. Desde estos perfiles pueden tratar de saber más de nosotros, para controlarnos o chantajearnos, o difundir información sensible de nuestras vidas, para hacérnoslas imposibles o tratar de seducirnos.

En Facebook dice que han hecho muchos progresos construyendo un sistema que mezcla métodos tanto automáticos como manuales para bloquear cuentas utilizadas para propósitos fraudulentos y dar likes falsos.

Muchas veces aceptamos solicitudes de amistad, como decíamos al principio, de personas que no conocemos y pensamos que no pasa nada, porque las tenemos ahí y no interactuamos con ellas, pero debemos saber que estamos continuamente expuestos a que las amistades aceptadas, tengan toda nuestra información o nos engañen mediante un enlace o descargable. Lo mejor para evitar este tipo de problemas, es utilizar el sentido común, es decir: no agregar a nuestras redes sociales a personas que no conozcamos o nos parezcan sospechosas.

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